El laurel

Nombre científico: Laurus nobilis

Català: Llorer

Euskera: Ereinotz

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El uso más común de las hojas del laurel son como condimento en muchos guisos y caldos de casi todas las casas que lo conocen. Pero a diferencia de lo que muchas personas puedan creer, esta planta tiene muchisimas propiedades y funciones, de las cuales podríamos aprovechar para mejorar nuestra salud o de la que nos rodean.

Las hojas del laurel en infusión o té tienen propiedades que pueden ser aprovechadas en multitud de enfermedades, como por ejemplo: mareos, melancolía, nerviosismo, desgana, pánicos, tristeza, debilidad corporal, problemas de la vejiga, dolores de garganta y de estómago, problemas pulmonares, artritis, parálisis, regulador menstrual, estrés, etc.
Es un estimulante del aparato digestivo, antiespasmódico, hepático y carminativo.
Favorece la digestión, ayudando al estómago, al hígado y previniendo la acidez, disminuye el flato e interviene en los espasmos intestinales. Haceros una infusión con dos hojas de laurel en una taza de agua hirviendo durante 10 minutos.
Ayuda a mejorar la circulación sanguínea por lo que ayuda en el tratamiento de la arteriosclerosis; y a eliminar los líquidos del cuerpo.
Disminuye la inflamación de las articulaciones. Es bueno para las menstruaciones porque disminuye aquellas que son abundantes y favorece aquellas que son pobres.

Otra de sus funciones importante es la de expectorante bronquial o de la gripe. En las enfermedades del aparato respiratorio, interviene en la disminución de la tos, combate a la gripe o a las afecciones de estas vías, como la faringitis, laringitis o la bronquitis.


Un dato importante es que la ingesta excesiva de esta planta puede resultar tóxica.

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